«No es magia, es bioquímica con intención.»
Desde hace 57 años atiendo pacientes y comparto mi experiencia a través de conferencias y talleres en Latinoamérica, Estados Unidos y, ocasionalmente, en Europa. En cada encuentro, mi objetivo es el mismo: enseñar a usar la mente como aliada de la salud.
He comprobado que la mente no solo influye, sino que transforma la biología del cuerpo. Por eso, acompaño especialmente a quienes desean dar el salto de la enfermedad al bienestar, mostrándoles cómo sus pensamientos pueden ser medicina… o veneno.
Resaltando la importancia de comprender que los pensamientos negativos generan toxinas bioquímicas que debilitan el sistema inmune, mientras que una mente entrenada y enfocada en lo positivo puede activar procesos de sanación. Entrego herramientas prácticas para reprogramar creencias, liberar emociones atrapadas y crear una nueva narrativa interior que potencie la salud desde lo más profundo.
La Mente es tu Droguería Interna
“Tu cerebro es el laboratorio farmacéutico más poderoso del mundo.
Tú decides qué receta despachas.”
Cada pensamiento que tienes, cada emoción que sientes, activa en tu cerebro una cascada de sustancias químicas: dopamina, endorfinas, cortisol, adrenalina… Como si en tu cabeza viviera un químico invisible que responde a lo que piensas y sientes, creando cócteles que pueden sanar o intoxicar.
Pero lo verdaderamente transformador ocurre cuando el pensamiento se une al sentimiento. Esa fusión genera una «fuerza mental» tan potente, que he visto a personas vencer enfermedades agresivas y recuperar su vida entera… solo cambiando su actitud.
Aunque a veces, cuando veo lo rígidos que pueden ser algunos médicos, entiendo su resistencia. No es falta de inteligencia, es miedo. Miedo a que todo lo que aprendieron en 8, 10 o más años de formación esté incompleto… o peor aún, que lo esencial nunca se les enseñó.
Es un temor parecido al de la industria petrolera cuando comenzó a ver cómo los autos eléctricos ganaban terreno. No es que los motores de combustión no funcionen, es que el paradigma está cambiando. Y eso incomoda. Así como los gigantes del petróleo sintieron temblar sus cimientos con la llegada de la energía limpia, hay quienes sienten que la medicina basada en la mente y la emoción pone en jaque todo un modelo que ha girado más alrededor de la enfermedad, que de la salud y el bienestar del ser humano, donde un profesional que cuida su título, no puede actuar fuera de un protocolo dictado por su colegiatura… Pero el cambio ya está en marcha.
La mente no pertenece a ningún sistema de salud,
pero si no le prestas atención, puede convertirse en tu mayor deuda.
El efecto placebo y el efecto nocebo nos han demostrado, cómo las creencias pueden activar la curación… o agravar un diagnóstico. ¿Qué es el efecto placebo y el efecto nocebo?
Imagina que vas al médico porque te duele la barriga. El doctor te da una pastilla y te dice: «Con esto te vas a sentir mejor.»
Tú confías en él, te tomas la pastilla… ¡y de repente te empieza a doler menos!
¿Pero sabes qué? La pastilla no tenía ningún medicamento… era solo azúcar.
Eso se llama efecto placebo.
Tu mente creyó que te ibas a curar, y el cuerpo empezó a mejorar solo.
¡Así de poderosa es la mente!
Ahora imagina lo contrario:
Te dan una pastilla, y alguien te dice: «Ten cuidado, puede darte dolor de cabeza.»
Aunque no tiene nada malo… tú te lo crees, y de pronto… ¡te duele la cabeza!
Eso es el efecto nocebo. Tu mente pensó que algo malo iba a pasar, y el cuerpo reaccionó como si fuera cierto. ¿Qué nos enseña esto?
Que lo que creemos y sentimos activa nuestra fuerza mental y ase como puede ayudar a sanar, también puede hacerlo a enfermar.
Por eso es tan importante pensar positivo, confiar y cuidar lo que dejamos entrar en nuestra mente. ¡La mente es como un mago! Pero tú decides si haces con ella magia buena… o mala.
¿Qué es la Psico-Neuro-Inmunología?
Imagina que tu cuerpo es como una ciudad mágica. Y en esa ciudad hay tres equipos que trabajan juntos para cuidarte:
El Equipo de la Mente (Psico): son los que piensan, imaginan y sienten. Viven en la torre del castillo (¡tu cabeza!).
El Equipo del Cerebro y los nervios (Neuro): son mensajeros veloces. Llevan recados por todo el cuerpo con rayos de electricidad.
El Equipo de Defensa (Inmunológico): son los soldados guardianes que te protegen de virus, bacterias y cualquier intruso.
La Psico-Neuro-Inmunología ¡nombre largo, ¿verdad? Estudia cómo estos tres equipos se comunican y coordinan entre ellos, ayudándose o complicando la vida.
¿Cómo influye la mente? Cuando tú estás feliz, tranquilo o con esperanza, el Equipo de la Mente le manda buenas señales al cerebro, y el cerebro le dice a los soldados del sistema inmune: «¡Todo va bien! ¡Estamos fuertes! ¡Defiendan con alegría!»
Y los soldados se vuelven más valientes, rápidos y poderosos.
Pero si estás muy triste, asustado o estresado por mucho tiempo, la mente manda señales de alerta, el cerebro se pone nervioso, y los soldados empiezan a sentirse cansados o confundidos. Llegando a sentir tanto estrés, que incluso algunos, empiezan a pelear entre ellos sin saber por qué.
Los que estudian la Fuerza Mental o Fuerza Interna, han visto que los niños y adultos que piensan de forma positiva, y que se sienten acompañados, ¡se enferman menos! En cambio, las personas que están tristes o con miedo por mucho tiempo, se resfrían más, les duele más el cuerpo y tardan más en sanar.
La mente es como el director de una orquesta. Imagina una orquesta tocando música hermosa: si el director (la mente) sabe qué hacer, todo suena armonioso. Pero si el director está confundido o grita todo el tiempo… ¡la música se arruina!
Así que… sí aprendes a dirigir bien tu mente, ¡tu cuerpo entero te lo va a agradecer!, ya que el optimismo fortalece el sistema inmunológico, mientras que el estrés crónico aumenta la inflamación y debilita la respuesta inmune.
Pronto subiremos el link del audio: Sanación a través de la Mente, una meditación de autoayuda, para apoyar a quienes están en el proceso de superar la enfermedad y conectar con su salud