El limpiador VIP que tu cuerpo no sabía que necesitaba (pero tu hígado sí)

El Zeolite o La Zeolita, con acento tropical, es un mineral volcánico natural con nombre de diosa griega y alma de esponja inteligente. Existen más de 40 variedades naturales, con nombres que parecen sacados de un cómic intergaláctico: mordenita, clinoptilolita, heulandita, phillipsita, eroinita y chabazita. No son los nombres de tus exs, aunque suene parecido.

Este regalito de la naturaleza surge de la mezcla alquímica entre ceniza volcánica y agua de mar. Pero ojo: no cualquier Zeolite sirve. Solo las “micronizadas”, esas diminutas y refinadas partículas VIP, son las únicas que están habilitadas para consumo humano. En términos terapéuticos, se utilizan principalmente los grados 3, 4 y 5, siendo el “grado 5” algo así como el Rolls-Royce de la desintoxicación: difícil de conseguir, pero cuando lo tienes, lo sabes. Y tú sistema linfático también.

El agua viene con “sorpresas”

En cada sorbo de agua potable —sí, esa que llega a tu casa con tanta confianza— podrías estar bebiendo: trazas de mercurio, plomo, cadmio, cromo y arsénico, entre otros “sabores” no solicitados. Por si fuera poco, estos metales pesados también se acumulan en la cadena alimenticia, los conservantes, las medicinas, y sí… incluso en ciertas vacunas. El combo completo.

Aunque algunos metales como el zinc, el selenio o el cobre son necesarios en micro dosis, en cantidades mayores pueden provocar un “envenenamiento progresivo”, muy de moda en ciudades modernas. Todo esto gracias al fenómeno conocido como “bioacumulación”, que no es otra cosa que tu cuerpo diciendo “me lo guardo” con cada partícula tóxica que entra.

Inteligencia Post Pandemia: Porque después del shock… viene la conciencia

También debemos considerar seriamente, lo que nos enseñó la pandemia, además de cómo hacer pan casero y descubrir que el pijama puede ser ropa de trabajo, es que no estábamos tan preparados como creíamos. Pero no solo a nivel sanitario, también emocional, inmunológico y hasta filosófico.

Lo bueno, es que el susto puede ser el maestro. Lo que viene ahora, si estamos dispuestos a dar un paso más allá, es una evolución más refinada de nuestra salud es lo que llamo inteligencia post pandemia.

No se trata de vivir con miedo, ni de dudar de todo. Se trata de aprender.
De dejar de funcionar en modo “robot” y empezar a actuar en modo diseño consciente.

La Zeolita: detective privado de metales pesados

Lo maravilloso y casi mágico de la Zeolita es que tiene una “estructura cristalina con carga iónica” que actúa como un imán selectivo: Atrae metales pesados como: el plomo, mercurio, aluminio, arsénico y hasta el temido óxido de grafeno— y los expulsa con elegancia por vía urinaria, sin invadir, sin alterar, y sin drama. Además, ayuda a alcalinizar el organismo, algo que en estos tiempos de acidez emocional y digestiva, viene de perlas.

Y si creías que la contaminación plástica solo vivía en los mares, lamento decirte que hoy ya se han encontrado “microplásticos a nivel intracelular”. Sí, como un tupper en miniatura flotando dentro de tus células. Pero no temas: la “Zeolite grado 5 activada” también ayuda a eliminar restos plásticos. ¿Quién dijo que no se podía tener un détox de nivel celular?

Ácido húmico: el Uber mineral de las células

El grado 5 micronizado y activado no viene solo. Llega de la mano con ácido húmico, un compuesto que permite a tus células absorber los minerales que realmente necesitan, en la proporción perfecta y con la carga iónica ideal. Es decir, una remineralización gourmet directamente en tu líquido extracelular. Una especie de menú celular Michelin.

Beneficios colaterales:

• Refuerza el sistema inmunológico (tu ejército interno te lo agradecerá) 
• Reduce radicales libres (esos rebeldes sin causa que envejecen todo) 
• Remineraliza el cuerpo (bye bye carencias silenciosas) 
• Equilibra el pH (menos acidez, más energía) 
• Proporciona vitalidad (energía sin cafeína) 
• Tiene propiedades antiinflamatorias (y sin efectos secundarios indeseables) 
• Reduce riesgos de cáncer (porque limpiar el cuerpo también limpia el futuro)

Zeolite, la escoba cuántica del siglo XXI

La Zeolite no es magia, es ciencia con estilo volcánico. Es como ese amigo que te ayuda a mudarte, carga con todo lo pesado y encima no se queja. Limpia, nutre, equilibra y protege. Si aún no has probado la Zeolite grado 5… quizá tu cuerpo lo está pidiendo a gritos. Solo que lo hace bajito, entre toxinas y radicales libres.

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